Durante mucho tiempo, hemos dado por sentado que aumentar la inversión en investigación y desarrollo es un medio seguro de estimular la innovación, aumentar la productividad e impulsar la creación de empleo y el crecimiento económico. Y, sin embargo, con el extraordinario incremento del gasto en I+D de Estados Unidos durante las cuatro últimas décadas, sucedió lo contrario: se ralentizó la innovación, el aumento de la productividad y la expansión económica. ¿Qué es lo que falló?
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